“La interpretación en la práctica con niños” - 12 de agosto 2016
Mariana Li Fraini:
Mariana Li Fraini comienza la clase señalando que las nociones
generales de la interpretación y los conceptos desarrollados por Freud y Lacan valen
para un niño como para un adulto. Refiere el deseo del analista como operador
para producir un sujeto. En cuanto a las particularidades respecto de la
clínica con niños menciona varios puntos: el estatuto del niño, es decir cómo lo
concebimos en el psicoanálisis; el dispositivo en relación al juego; la dependencia
al Otro real y la relación del niño a la palabra. Si bien no hay reglas, hay
que considerar que las maniobras que hace el analista -la táctica- se
subordinan a una estrategia y eso a una política.
Menciona la Conferencia “Desarrollo y Estructura” donde Miller plantea
una temporalidad y ubica al niño en un trayecto que va de a -de eso que él es como objeto, como causa de un deseo- a la
posición de sujeto dividido. En ese movimiento hay grados. Una primera
interpretación que el analista hace en términos de lectura es en qué momento de
ese trayecto el niño está.
Toma del Seminario 6, el sueño de Anna Freud que muestra el sujeto que
se anuncia. Hay una distinción entre el sueño del niño y el del adulto. El
ejemplo de los tres hermanos “Ernesto, Pablo y yo” muestra que el sujeto aún no
puede borrarse como nombrado en el acto de hablar. Cita a Lacan: “Que un sujeto
se escamotee a sí mismo como sujeto es un truco de prestidigitación…”. Señala los
tres modos bajo los cuales el sujeto puede realizar ese truco: Verwerfung, Verleugnung
y Verdrängung. En el Seminario 24, Lacan dirá que cada uno llena el troumatisme con un truco. En el encuentro
con un niño, el analista asiste al punto en que el sujeto está embrollado con
ese embrollo necesario que es pasar por alguna de estas soluciones.
Hay elementos conceptuales en Lacan para pensar tiempos lógicos e
interpretar en qué momento está el niño: los tres tiempos del Edipo; alienación
y separación; el niño como falo de la madre, como objeto o como síntoma de la
pareja parental. Con los elementos de la última enseñanza, se puede pensar
también que hay un tiempo. Sobre las marcas sin sentido, que Lacan llama lalengua, es que después
secundariamente hay una elaboración inconsciente como elucubración de saber. El
niño va del sinsentido a alguna ficción. Es necesario tomarse un tiempo para
ubicar dónde está el síntoma y el sujeto del síntoma.
Toma la intervención de Miller “Interpretar
al niño”, donde propone el niño con el
analista, para hacer hincapié en la idea del analista como instrumento, que
está obligado a tomar la iniciativa ya que no es seguro que el niño se dirija
al Otro. Menciona ejes para pensar la interpretación: en relación a los padres;
la interpretación del orden de la captura en la red; la interpretación como
extracción del sujeto y la interpretación en relación a la alucinación.
Para finalizar, Mariana Li Fraini presenta dos casos clínicos que
permitieron el intercambio con el auditorio respecto de la interpretación y la
posición del analista en cada caso.
Roxana Vega Alonso