“…Lo que descubre esta estructura de la
cadena significante es la posibilidad que tengo, justamente en la medida en que
su lengua me es común con otros sujetos, es decir en que esa lengua existe, de
utilizarla para significar muy otra cosa
que lo que ella dice. Función más digna de subrayarse en la palabra que la de
disfrazar el pensamiento (casi siempre indefinible) del sujeto: a saber, la de
indicar el lugar de ese sujeto en la búsqueda de lo verdadero…”
Lacan, J., Escritos 1 “La Instancia de la Letra”, Siglo Veintiuno Editores,
Argentina 1988, p 485.